Su padre era un borracho y su madre lloraba en la cama doblando las camisetas de John Wayne, cuando el columpio le golpeó en la cabeza. Los vecinos le adoraban por su humor y su conversación. Mirad bajo su casa, encontrad las pocas cosas vivas, pudriéndose rápidamente, en su sueño. Oh, los muertos. Veintisiete personas, quizá más. Eran chicos, con sus coches, sus trabajos de verano, Oh, Dios… ¿Eres uno de ellos? Se disfrazaba de payaso para ellos, con su cara pintada de blanco y rojo, y comportándose impecablemente. En una oscura habitación, sobre la cama, los besaba a todos. Mató a diez mil personas como en un juego de manos, corriendo muy lejos, corriendo muy rápido hacia la muerte. Se quitó la ropa para ellos, puso una mordaza en sus labios, manos quietas, besos quietos en la boca. Y comportándome impecablemente, realmente yo soy como él. Mira bajo las tablas de la casa en busca de los secretos que mantengo escondidos.
Sufjan Stevens. John Wayne Gacy Jr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario